Tráfico ilegal de especies

El tráfico ilícito de especies atenta contra la diversidad biológica y se encuentra en el tercer lugar entre las actividades delictivas de mayor práctica a nivel mundial

El delito de este tipo de contrabando consiste en extraer especies animales o vegetales de su hábitat natural con el objetivo de venderlas dentro de un mercado que esquiva las leyes ambientales específicas de cada país, sin importar si las mismas están protegidas por estas leyes a causa de encontrarse en peligro de extinción. Este mercado ilícito es orquestado por grandes mafias que hacen del tráfico de especies el tercer mayor negocio del planeta después del tráfico de armas y de droga.

América Latina alberga los países más biodiversos, y por ello suelen ser perseguidas, cazadas y capturadas preferentemente en nuestro continente. Luego éstas tienen usualmente como destino los mercados de los países más industrializados. La mayoría de las veces los animales comercializados son aquellos de reducido tamaño que pueden ser alojados en hogares como animales domésticos. Pero otras veces no es simplemente el individuo capturado el principal interés económico, sino una parte del mismo o alguno de sus beneficios, como pueden ser materiales como el marfil de los elefantes o el veneno de ciertas especies de serpientes. Lo más preocupante es que cuanto más reducida sea la población de la especie traficada, es decir cuanto más escasos sean sus representantes y más cercana esté de su extinción, más extravagante se vuelve y mayor es su valor en este tipo de comercio.

Año a año son asesinados cerca de 100 tigres, 30 mil elefantes y mil rinocerontes para traficar sus colmillos, piel, huesos o cuernos. Un millón y medio de aves son transportadas en jaulas al año, 440 mil especies de plantas medicinales son extraídas y mil toneladas de madera exótica son taladas.

En nuestro país, las aves son las principales víctimas de este comercio ilegal. El cardenal amarillo es la especie más amenazada y la más cotizada, su precio oscilando entre los 3 mil y 10 mil pesos. Pero en nuestro país también son decomisados al contrabando reptiles, arácnidos, insectos y mamíferos.

Cerca de 20 millones de dólares se generan año a año como beneficio del tráfico ilegal de especies. La mayoría de los animales exóticos que entran al Uruguay de forma ilegal provienen de Brasil y de Paraguay, y al menos 15 de los contrabandistas más buscados son ciudadanos uruguayos. De todos los animales que son cazados y encerrados, pocos llegan con vida a sus consumidores finales, y eso no significa que lleguen en buenas condiciones. Los propios métodos empleados para capturar a los animales tienen consecuencias nefastas para su salud y bienestar.

El Sistema Departamental Zoológico recibe mes a mes decenas de especies animales que son requisadas a traficantes por la Dirección de Fauna de DINAMA, y nuestra labor consiste en asegurar su correcta recuperación para que luego puedan ser liberadas en su ambiente natural. Especies de aves llegan cubiertas de heridas y con partes del cuerpo desplumadas, y zorros y gatos monteses llegan dañados por las trampas que fueron usadas para su captura. Tortugas, serpientes, y hasta monos provenientes de climas diferentes al nuestro deben ser tratados con sumo cuidado para asegurar su supervivencia y recuperación. Un equipo de biólogos y veterinarios trabaja día a día para garantizar su bienestar y libertad a futuro, ¿qué estás esperando para aportar tu grano de arena? No dudes en denunciar cualquier tenencia o venta de animales protegidos, y, sobretodo, ¡NO LOS COMPRES! Es por su bien, es por el nuestro, es por el bien de todos.

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